SEPTIEMBREIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII... por Tito Tedio



Y te vas desperdigando palabras por la ancha costanera de septiembre.

Y miras la espuma del seno de Reloncaví y escupes las rocas enlodando los recuerdos.
Y te paras de manos y esperas que te soben el lomo, para sacarte el frío que corre en tu
vertiente.

Y esperas como estatua de sal carcomida por el viento y el agua del sur.
Y te retuerces frente a los trenes esperando clemencia y lloras y gimes por alguien que
ignoras y no llegó, y pisas las hojas secas de la estación y esperas en silencio, y besas
los vidrios de los vagones, y quieres impregnarte el aroma a ese viaje para siempre y
quieres ser todo en todas partes.

Pisas tu llanto amargo en los cielos grises. En los rieles de tu conciencia.
Y recuerdas la tierra caliente de San Pedro, y lloras por no tener recuerdos, y sufres por
haber vaciado el alma en la carretera, y en la amargura te sumerges pensando en
paraderos/casas infestos de heces.

Y caes, caes, caes. Y te aferras a las patas de las mesas. Y te duermes en un halo
galáctico, y te sumerges en la magia báquica de biografías añosas inmoladas en palabras
mal pronunciadas.

Desde la cuneta del frente lees oblicuamente “Mirasol”, y te acuerdas de sabores y risas
destempladas, y se te viene a la cabeza Castro, Cochamó o Victoria. Sobre el pavimento
húmedo, mojas tus labios, escuchas balbucear el himno a dos cuadras de tu cabeza y en
un minuto, transcurren 60 años de historia.




LA LUZ DE UN BAILE... por Fabricio Miranda

Vi luces, noches, y callejones… seguí

Una ciudad más y otra.
Vi lo que podía y lo que no podía ver,
Lo irreal y eso que llaman real.
Y seguí caminando,

Pasa que ese fuego me lleva a caminar,
hacia un baile con mi ángel.
Mientras, bailaré con rubias perlas,
divinas figuras de cuerpos letales
oscuras e intrigantes de rostro albo,
Rojas de sangre
y azules ojos de encaje.

Tengo ese ángel que me espera,
y un baile por concluír.
Es como una Eva que habita en un jardín
Ese lugar marcado en mí
La brisa me trae su voz
Ella dice con su mano en mi cabeza

No hay nada que temer
Aquí te espero
Y brillarás como una estrella

No hay nada que temer
Sigue tu camino y ya llegaras
Y brillarás como una estrella

Y bailaremos una danza infinita.

PICÁ DE VIHUELA ...por Javiera Miren

a Violeta


Así como animales
pensábamos en gritos,
en gemidos,
nos tragamos la tierra
sin bostezar
vomitando el sentido
como piedras y tumbas
escupiendo el cadáver
de un volantín que colgaba
del alumbrado público,
entre cables viejos,
muertos.

Abre sendas,
una herida
un árbol,
lleno de voces,
de pájaros y flores
es el único instrumento
que sale de la tierra
y sigue sonando
sin la mano
sin el cuerpo

Solo

navegando sin entrar
en la madera del roble,
buscamos la mariposa
que se comió tus huesos
cuando la miseria jugaba
al trompo, a las bolitas
con la humanidad.

Niña salvadora de pájaros,
si tus pies desaparecieron al viento,
déjalos correr,
si tus manos yacen semilla bajo tierra
déjalas crecer.

Y haz estallar tu voz con las piedras
de la locura,
en tus venas arpilleras
palpita el ritmo endemoniado
de este fragmento prestado de patria
de este pedazo de lana roja
colgando del mapa
llamado
chile sangriento
chileno muerto

De

sa

pa

re

c

ido