SEPTIEMBREIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII... por Tito Tedio



Y te vas desperdigando palabras por la ancha costanera de septiembre.

Y miras la espuma del seno de Reloncaví y escupes las rocas enlodando los recuerdos.
Y te paras de manos y esperas que te soben el lomo, para sacarte el frío que corre en tu
vertiente.

Y esperas como estatua de sal carcomida por el viento y el agua del sur.
Y te retuerces frente a los trenes esperando clemencia y lloras y gimes por alguien que
ignoras y no llegó, y pisas las hojas secas de la estación y esperas en silencio, y besas
los vidrios de los vagones, y quieres impregnarte el aroma a ese viaje para siempre y
quieres ser todo en todas partes.

Pisas tu llanto amargo en los cielos grises. En los rieles de tu conciencia.
Y recuerdas la tierra caliente de San Pedro, y lloras por no tener recuerdos, y sufres por
haber vaciado el alma en la carretera, y en la amargura te sumerges pensando en
paraderos/casas infestos de heces.

Y caes, caes, caes. Y te aferras a las patas de las mesas. Y te duermes en un halo
galáctico, y te sumerges en la magia báquica de biografías añosas inmoladas en palabras
mal pronunciadas.

Desde la cuneta del frente lees oblicuamente “Mirasol”, y te acuerdas de sabores y risas
destempladas, y se te viene a la cabeza Castro, Cochamó o Victoria. Sobre el pavimento
húmedo, mojas tus labios, escuchas balbucear el himno a dos cuadras de tu cabeza y en
un minuto, transcurren 60 años de historia.




1 comentario: